El Caballo como símbolo

 

EL CABALLO COMO SÍMBOLO


Cuando observamos la imagen de un caballo se desencadenan, en nuestra mente, un sinfín de reacciones ante su magnánima presencia. Son animales imponentes, majestuosos, que poseen una mirada penetrante que trasluce su orgullo y seguridad. No cualquiera puede montarlos y mucho menos domarlos, pero cuando logramos ese acercamiento íntimo, descubrimos, en este magnífico ser de la naturaleza, un gran compañero de nuestra especie.

La imagen del caballo puede despertar en nosotros un montón de sensaciones, de emociones. Puede representar la libertad, al verlo correr sin montura ni riendas, galopando lejos, perdiéndose en el horizonte. Puede inspirarnos temor, cuando tira del carro de algún tirano en nuestras historias, o ser el augurio de un nuevo periodo más propicio, para nuestro héroe, cuando lo vemos surgir de la sangre de sus enemigos. 

ALMAMULA
El carácter dual del caballo se manifiesta en varios mitos, leyendas e incluso en textos sagrados. Como por ejemplo sucede con Uchchaihshravas (caballo hindú de siete cabezas nacido del batido del océano de leche) que algunas veces es montado por Indra, rey de los Dioses (Devas) o por Bali, rey de los demonios (Asuras). Así vemos que este magnífico animal  no solo visita los sueños, sino que también forma parte de nuestras pesadillas, como por ejemplo: el alma-mula argentina o el Kelpie escocés (espíritu del río), que porta como símbolo el augurio de muerte o peligro.
KELPIE

El caballo, como cualquier animal en cuento de hadas, viene a ser un mensajero que nos muestra el camino. Pero no cualquier camino, sino uno muy especifico: él nos señala el camino de nuestros propios impulsos inconscientes. Estos impulsos provienen de la profundidad de nuestra psique, algunos son innatos, instintivos (determinados por nuestra genética) y otros los adquirimos de forma subliminal (sin consentimiento consciente), a través de nuestra relación cotidiana con el medio. De esta observación se deduce, que el caballo también represente un vehículo que nos hará viajar entre los distintos mundos. El carro de Hades tirado por corceles negros como el ébano, con el cual viaja desde la tierra al reino del inframundo, es un ejemplo, porque, como dijimos: la presencia del caballo nos va a hablar de pulsiones que se esconden en las profundidades de nuestra psique, y el inconsciente, muchas veces, toma la forma alegórica del reino de la muerte.

AL BURAQ
Como mensajero, viajero o vehículo de los mundos, el caballo nos dará la fuerza y la energía instintiva (porque esa energía es innata a la especie humana), para lograr el objetivo de todo ser humano: desarrollar completamente su psique, iluminarse y/o lograr la unidad psicológica. Para ejemplificar esto podemos pensar simbólicamente en la historia del Caballo o Yegua Árabe Al Buraq, que fue quien trasladó a Mahoma hacia el reino de los cielos (estado de conciencia superior o psique completa), o en los Chamanes de Norteamérica que usan al espíritu del caballo como vehículo para recorrer los distintos planos físicos–psicológicos (plano astral, plano de la mente, plano de la energía e intelecto, plano de los espíritus).

CARRO DE GUERRA
Otra forma en la que el caballo nos trae mensajes del inconsciente, es cuando lo vemos tirando de los carros (de reyes, dioses, demonios, héroes), como anuncio de una guerra inminente. El caballo como imagen de la guerra nos lleva al encuentro de una batalla interna, entre las estructuras consientes (lo que creo ser) y las pulsiones internas, que hablan de una verdad distinta de aquella que conscientemente consideramos como real. 


JINETES APOCALIPSIS
En el libro de las revelaciones los caballos y sus jinetes, que parecen anunciar temibles augurios, en realidad, se presentan como mensajeros de la divinidad, que nos están hablando de un proceso alquímico (transformación) de desarrollo interior, que nos llevara a alcanzar el estado psicológico óptimo, simbolizado en el quinto jinete y su caballo: “(…) y en su vestimenta y en su muslo tiene escrito este nombre: Rey de Reyes y Señor de Señores (…)” (Apocalipsis 19: 16). En otro apartado volveremos sobre esto.     

El caballo simboliza el principio del caos, cuando se presenta como caballo de guerra, necesario para dar inicio al proceso de transformación, que también es simbolizado con la imagen del caballo pero esta vez, naciendo de las aguas.

PEGASO
La presencia del agua puede significar tanto la mente (la mente, también, puede hacer alusión al agua) como el anuncio de un proceso de transformación. Recordemos que el contexto es un factor importante en el análisis de los símbolos. Como ejemplo de la imagen del caballo y el agua (mente) como símbolo de transformación, podemos nombrar al Caballo alado Pegaso, quien nace de la cabeza cercenada, por Perseo (símbolo del “Héroe”: personaje que lucha contra los bajos instintos guiado por un ideal superior de conciencia), de la Gorgona Medusa, quien encarna aspectos inferiores de la conciencia como el odio y la ira, que una vez “derrotados” permiten que la psique se transforme, surgiendo así el caballo alado.

UCHCHAIHSHRAVAS
Cuando la mente se ve expuesta a una educación o trabajo, para desterrar a las tendencias negativas de la psique (trasformación), comienza con un proceso de autobservación interior, que produce conflicto psíquico. Este caos, una vez traspasado, permite el nacimiento del caballo en las aguas de la mente (imagen simbólica del inicio de transformación). En la historia del Srimad Bhagavatam (libro hindú) que trata sobre el batido del océano de leche, se observa muy bien esta idea: Dioses y Demonios (fuerzas internas de la psique) se unen (en el proceso de autobservación) para obtener el elixir de la inmortalidad (estado psicológico óptimo, iluminación, retorno a la unidad) que se encuentra en las profundidades del océano (mente). Para ello comienzan a batir el océano (trabajo de autobservación interior con miras de una mejora psicológica) y lo primero que surge del océano es el veneno Kalakura (el caos, tendencias inconscientes sombrías), que una vez inutilizado, permite que surja la vaca de la abundancia (promesa de una mejora) y luego el corcel Uchchaihshravas (inicio de la ascensión o mejora psicológica, trasformación).

SLEIPNIR
Esta idea de que luego del Caos surge la transformación, no solo se ve en las historias anteriormente mencionadas (la Gorgona y el veneno Kalakuta, como imágenes del caos), también puede observarse, en el relato nórdico del nacimiento de Sleipnir, el caballo del Dios Odín. En él se nos muestra que el nacimiento se produce luego de que el peligro ocasionado por un gigante (símbolo de los bajos instintos), que intento engañar (caos) a los Dioses , se esfumara ante la presencia del héroe (Thor). Porque una vez muerto el gigante se da un periodo de calma, coronado por el nacimiento del caballo. 

Dentro del plano de la materia, el caballo, tiende a representar a los cuatro elementos (por sus cuatro patas). También vemos su relación en el plano material, cuando el caballo, junto a todos sus atributos, está directamente relacionado con un elemento y la intensidad del simbolismo del mismo. Ejemplos de esto son: los caballos de fuego, de agua, de aire o tierra. De ellos hablaremos en otra ocasión. 

CABALLOS ELEMENTALES

Es importante tener en cuenta que hay caballos que poseen mas de cuatro patas, como es el caso de Sleipnir que poseen ocho (estas ocho patas son la representación de los vientos y el símbolo de su gran velocidad; es importante señalar al respecto del valor simbólico de este corcel, que el viento representa la fuerza (como el caballo) necesario para lograr cualquier emprendimiento de desarrollo mental superior). Y es por esto, reitero, que si bien globalmente una imagen puede tener representaciones “determinadas” (nada puede ser estanco en este mundo de cambios y menos en las apreciaciones de un solo individuo), el contexto y el observador tendrán un papel de suma importancia en el significado que se le puede adjudicar a dichos símbolos. 

Volviendo a la conexión del caballo y la materia (los elementos conforman la materia), la cuestión que se me viene a la mente es: ¿Qué es la materia? Y como justamente acabo de señalar que las interpretaciones dependen de muchos factores, me pregunto: ¿Cuáles son esos factores?.

Primero por materia la ciencia ya ha escrito infinitos tratados sobre sus átomos y moléculas, si bien aún nos falta mucho por conocer, alguna idea de que puede ser, se podría decir, que creemos tener. Pero en este espacio donde las relaciones se dan entre los estímulos que recibimos del medio y los procesos que se crean interiormente, tenemos que tomarnos unos instantes para hablar de aquello que, también, simbolizan los caballos: esto es “los sentidos”.

CINCO ELEMENTOS
Estos amiguitos llamados “sentidos”, que nos conectan con el universo objetivo, surgen, según la filosofía hindú, como el aspecto armónico del universo. Universo que está conformado por los cinco elementos (éter-espacio, viento, fuego, agua, tierra). Así de la parte armónica del elemento espacio, surge el oído; del aire, el tacto; del fuego, la visión; del agua, el gusto; de la tierra, el olfato. Estos sentidos van a depender exclusivamente de nuestro interior psíquico, y con esto quiero decir que los mismos poseerán calidad; calidad directamente relacionada con el estado en que se encuentre nuestra mente.  Con los sentidos percibimos el mundo que nos rodea, y estos sentidos están limitados por los aspectos internos de nuestra mente (no es lo mismo la percepción de quien ama, a la de quien odia), por ende, nuestra percepción estará sesgada por nuestras emociones, y su calidad dependerá directamente del estado de nuestra mente. Y si nuestras percepciones son erróneas, así también será lo que podamos comprender del mundo que nos rodea y de nosotros mismos.

Dentro de la gran epopeya Hindú el Mahabharata se narra la historia central de una familia de cinco hermanos. Entre ellos Arjuna, quien cumple el rol simbólico del discípulo perfecto, será el fiel amigo de Krishna (encarnación divina y maestro). Estos hermanos, que son traicionados por sus parientes, desean recuperar su reino. Y es por ello que se llega a instancias  de una terrible guerra, entre las partes divididas de esta familia. La cuestión es que, antes de que se dé inicio al combate, Arjuna le pide a Krishna (quien no casualmente era su auriga o conductor del carro), que coloque su vehículo en medio de esas temibles huestes dispuestas para la lucha. En esta parte de la historia se inicia uno de los diálogos metafísicos más exquisitos (a mi criterio) de los que he leído hasta ahora. Pero de eso hablaremos en otra ocasión.

Como estamos hablando de caballos quiero que vayamos a la imagen del carro, su pasajero y su jinete.

En el Tarot el arcano mayor número siete (número que remite al desarrollo espiritual, entre otros significados) “El Carro”; simboliza el poder conductor de la psique (recordemos que la psique es un conjunto de procesos consientes e inconscientes), donde el jinete o el auriga será quien tomara las decisiones. El Carro esta tirado por dos caballos, uno simboliza la materia y otro el espíritu. Un buen viaje estará determinado por la capacidad de equilibrar ambas fuerzas, que muchas veces están en conflicto dentro de nuestra mente. En esta imagen volvemos a ver a los caballos que toman la forma de mensajeros de nuestro inconsciente, como esas fuerzas en conflicto que debemos equilibrar para lograr una transformación y/o un desarrollo psicológico superior.        

Para los Hindúes, en el caso de los caballos que tiran del Carro, su simbolismo está más relacionado con nuestra interacción con la materia, ya que el carro es nuestro cuerpo físico, los caballos simbolizan los sentidos (es por eso que se representa a Arjuna con cinco caballos blancos. Símbolo de los cinco elementos  y, por ende, de los cinco sentidos), las riendas nuestra mente y el jinete, como en el caso del arcano mayor número siete del tarot, será quien  tome las decisiones. En la imagen del carro de Arjuna, sus caballos eran blancos (simbolizando la pureza de sus sentidos: “podía ver/comprender con claridad”) y sus riendas eran dirigidas por la encarnación divina, Krishna (imagen simbólica de un estado de conciencia superior).

EL CARRO DE ARJUNA
La imagen del carro, sus caballos blancos y su auriga divino, simbolizan en conjunto las aptitudes  del discípulo perfecto; que son, a su vez, aquello que Arjuna simboliza dentro de la epopeya.  Si nuestra mente dirigida por un estado superior de conciencia (imagen de Dios), direcciona los sentidos (caballos) a imágenes que colaboren con el proceso de desarrollo psicológico y/o estado de iluminación, lograremos lo que, coincidiendo con varios autores, es el propósito de la existencia como especie humana.

DIOSA EPONA

Otra imagen interesante para nuestro estudio es La Diosa Celta de los Caballos Epona. Ella es la diosa de la fertilidad (crecimiento- desarrollo-transformación) y de la tierra (materia-sentidos), está asociada con el agua (mente-transformación), la curación (desarrollo psicológico superior) y la muerte (inconsciente – transformación). De más está decir que la energía de la Diosa Celta Epona es marcadamente femenina, pero ello lo estudiaremos en otra oportunidad.  



A modo de conclusión:

Encontraremos  al  caballo como representación de un vehículo en el plano físico, a través de los sentidos que son los que forman imágenes en nuestra mente consiente e inconsciente. Y en el plano psicológico, como un vehículo que une el consiente con el inconsciente, y con estados de conciencia o psicológicos superiores (mensajero). Ambos vehículos, el caballo a nivel psíquico y físico, tiene carácter dual, y así lo iremos descubriendo a través del contexto donde se enmarque su aparición.

El caballo representa la fuerza y la vitalidad, el poder para superar las situaciones de caos. 

Como fuerza expansiva nacida de nuestros instintos es la energía natural que todos poseemos, la cual nos impulsa a evolucionar, a transformarnos.  

Este maravilloso mensajero nos visita para trasladarnos a estados de conciencia superiores, así como nos revela las sombras que nos impiden tal evolución.

Cuando el miedo y la inercia nos dominen será la imagen de un corcel maravilloso elevándose con tal magnificencia y esplendor, aquello que nos dará la fuerza para superar cualquier situación. Con el tiempo dejaremos de verlo volar solo y nos elevaremos alto, sentados sobre su suave lomo. Galoparemos juntos, lejos. Y el mar de nuestra mente encontrara la paz y la calma necesarias para iniciar una nueva aventura.




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Cornejo Florencia